martes, 30 de mayo de 2017

D. Gabriel Trejo y Paniagua (Cardenal Trejo) - (II)

Consejero de Calatrava y Castilla en 1613
 
Fiscal de la Cancillería de Valladolid, de cuyo cargo tomó posesión el 4 de abril de 1627 y más tarde auditor de la misma. En la corte real, fue fiscal del consejo de Órdenes (1608) con el hábito de Calatrava, e inquisidor de la misma.
 
Capellán de las Descalzas Reales de mayo de 1613 a 22/05/1614
 
El real monasterio de las Descalzas de Madrid o monasterio de Ntra. Sra. de la Visitación tiene por fundadora a Juana de Austria, princesa de Castilla y hermana de Felipe II.
 
A lo largo de los años ingresaron aquí mujeres de las casas reales y de la alta aristocracia, haciendo importantes regalos y donaciones.
 
El nombramiento del Capellán Mayor para este monasterio era privilegio del Rey, dada la importancia que tenía.
 
Aunque no nacidas en Casas de Millán, en este monasterio estuvieron dos hijas del mayor de los Trejo, Antonio, casado con Isabel de Jáuregui. Fueron Francisca Trejo y Jáuregui, con el nombre religioso de Sor Francisca de las Llagas, que ingresó a los 18 años, y Jerónima o Sor Jerónima de la Concepción, que ingresó a los 16.
 
Consejero de la Inquisición en 1615
 
Estando en el Consejo de Inquisición en España hizo oficio de Comisario general de la Cruzada, por enfermedad de don Martín de Córdoba.
 
Por esta etapa se le acumulan los cargos y prebendas a D. Gabriel Trejo. En 1615 muere el presidente del Consejo Real en aquel tiempo, Juan de Acuña Acevedo. Para sucederle en el cargo  se elige al Arcediano de Talavera de la Reina de la catedral metropolitana de Toledo, Trejo y Paniagua, candidato propuesto por el duque de Lerma y por Rodrigo Calderón
 
Como podemos colegir por estos testimonios, ha sido una de las eminencias del pueblo y de nuestra patria.
 
Sus cualidades intelectuales y políticas le hicieron intervenir en muchos acontecimientos importantes. Unos de orden político, otros de orden religioso.
 
Hay una intervención del Cardenal Trejo desconocida para “los casitos” y muchos madrileños. Fue, que se le mandó la supervisión de la canonización de Sta. María de la Cabeza, patrona de Madrid, junto con su esposo S. Isidro Labrador.
 
Desde 1212 tanto a Sta. María como a S. Isidro, el pueblo cristiano ya había “canonizado” a ambos. Había habido varias intervenciones de papas para aumentar la veneración a estos santos, especialmente también el Cardenal Cisneros natural de Torrelaguna, que en su día promueve el culto de su paisana.
 
El proceso de beatificación y canonización de Santa María de la Cabeza, se inició en el año 1612. El 12 de abril se firma el edicto de testigos, y se concluyen el 28 de julio de 1617, proceso que se paralizó hasta 1693, bajo el reinado de Carlos II, la Santa Sede aprobó el culto inmemorial de la Sierva de Dios María de la Cabeza.
 
Para poner todo esto en orden es por lo que Felipe IV manda al Cardenal Trejo su intervención.
 
Crecían cada día los deseos de la mayor veneración de la Insigne Labradora María, particularmente en el muy católico rey Felipe III, reinante en España, quien para dar más eficacia a la causa de esta deseada adoración canónica, y que con más viveza volase en las alas de su regio favor, nombró por su Real Decreto al Eminentísimo Trejo, Obispo y Cardenal de la Santa Iglesia Romana, en Protector de eta causa, escribiendo también para este mismo efecto a D. Francisco de Castro, su embajador cerca de Paulo V. Presentáronse en Roma los Procesos de la vida, virtudes y milagros de la Sierva de Dios
 
Aunque con un posible cariz de leyenda, nos cuenta otro acontecimiento religioso en que se vio involucrado D. Gabriel.
 
Muchos sucesos memorables debió de ver don Gabriel a lo largo de su vida. Como cuando desenterraron  en 1629 a san Simón de Rojas para cumplimentar las correspondientes diligencias de su proceso de beatificación. Nada más abrir la caja salieron de ésta muchas mariposas blancas que revolotearon, a placer y a la buena de Dios, alrededor de los testigos que allí estaban. Y lo más prodigioso es que las campanas llamaron, por su cuenta, al Ave María sin que se conozca acción alguna de campanero o sacristán. (DE internet: El retablo)
 
Cardenal de la Santa Iglesia
 
Con todo este cúmulo de experiencia religiosa y política, no es extraño que llegara a los cargos más altos en estos dos aspectos, el Cardenalato y la Presidencia del Consejo de Castilla.
 
Su blasón se encuentra en la fachada lateral del complejo de San Francisco en Plasencia, antiguo convento del mismo nombre, el castillo sobre ondas de los Trejos, el emblema se rodea de una bordura que dice: GABRIEL: S: R: E: PRESBITER. CARDENALIS: DE TREJO; se timbra de capelo, y se acola con la cruz de la orden de Alcántara, sobre una bella cartela barroca.
 
El día 16 de diciembre de 1615 y a instancias el rey Felipe III de España, el Papa Paulo V le nombró cardenal, siendo miembro de las Congregaciones Regulares del Índice, del Concilio y de la Inquisición.
 
El 2 de Junio de 1617 se le otorga el título de S. Pancracio y 29 de Noviembre de 1621 el de S. Bartolomé de Isola. Conoció dos cónclaves, el de 1621 donde fue elegido papa Gregorio XV, en el que no participó, y el de 1623, y en el que sí participó, y estuvo a punto de ser elegido, pero, como en tantas otras ocasiones, se mezcló lo político y lo religioso y fue vetado por Francia, siendo elegido Urbano VIII, quien  le nombró Arzobispo de Salerno (Italia).
 
Ciertamente era una mente privilegiada, ya que nos encontramos con alabanzas encomiables en algunos escritos. Así cuando en tiempo de Felipe V se hace loa de  4 cardenales dice:
 
… Y finalmente un don Gabriel de Trejo y Paniagua, Caballero de la Orden de Alcántara, Cardenal de S. Nereo, Aquileyo y Pancracio, Arzobispo de Salerno, Comisario General de la Santa Cruzada, presidente de Castilla, Obispo de Málaga y del Consejo de Estado en el cual resplandecieron la ilustre sangre, el ingenio, la sabiduría, la política, la justicia y todas las demás virtudes propias y necesarias para el Gobernador de una Monarquía.
 
… y así como el Cardenal de Trejo y Paniagua, fue toda la confianza de el Señor Don Felipe IV fuesse también el que hubiere merecido, a los cien años cabales de distancia, igual favor de el Señor don Felipe V, (que Dios guarde) pero con la casualidad  (assi la quiero llamar) de haber sido V. Emcia. También sucesor de las dignidades que tuvo aquel Gran Prelado en España y no menos en la aceptación común que logró aquel insigne Cardenal, tan segura en la fama y en la opinión, que un célebre escritor afirma: Que fue uno de los más claros Varones de su tiempo Pero que mucho si a uno y a otro los alentó un espíritu y una sangre. Fue el Señor Cardenal de Trejo oriundo de la ciudad de Plasencia…
 
El nombramiento de Cardenal por parte del Rey, tenía también una connotación política, pues no olvidemos que estamos en un período en que están en la cúpula del poder Iglesia y Reino. Al Rey le interesaba tener a alguien cerca del poder religioso para las conveniencias de relación. Por eso el Cardenal se traslada pronto a Roma, donde va a estar durante mucho tiempo.
 
Para ello tiene que tener los medios económicos necesarios, por lo que va a recibir nombramientos que, como veremos, son más para la percepción de las rentas que del ejercicio de gobierno. Tiene la Abadía del Burgo Hondo, que es fundación Real a provisión de su Majestad, y el Arcedianato de Calatrava en la santa Iglesia de Toledo, y canonicato en la misma Iglesia, que dio pensión cuando hubo de ir a Roma.

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